Relaja la cara y relajarás el alma
Imagínate por un momento que te encuentras en uno de esos días en los que te sientes nervioso, preocupado, intranquilo o deprimido. Te tropiezas con un amigo, que supuestamente “bien intencionado” te dice -chico vaya cara que tienes- ¡anímate hombre!, cambia esa cara, y tu le respondes, ya me gustaría a mi sentirme de otra…