Apreciados amigos y compañeros de aikido
Me dirijo a vosotros y a vosotras como un practicante más de Aikido, con la pretensión, de reflexionar juntos sobre tres elementos que me parecen de suma importancia:
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El momento actual que estamos viviendo.
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La práctica del aikido.
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Cómo nos puede ayudar el Aikido en estos momentos.
– El momento actual que estamos viviendo
Nos encontramos según la Organización Mundial de la Salud en medio de una pandemia, que nos impone unas condiciones a las que no estábamos acostumbrados, y entre otras cosas más importantes nos impide también, poder practicar Aikido.
En primer lugar si tú o tus familiares, amigos o conocidos estáis sufriendo algún tipo de dificultad, ya sea económica, profesional o de salud, o incluso si en el peor de los casos alguna persona cercana a ti ha fallecido, créeme que lo siento.
Es precisamente en estos instantes tan complicados para muchos, cuando necesitamos conectar con nuestro centro, para potenciar nuestros recursos de salud y bienestar, no solo para nosotros, sino también para poder apoyar en lo posible el proceso de los demás.
– La práctica del Aikido
En segundo lugar, me gustaría que pudiésemos pensar juntos y nos dejásemos sentir en el cuerpo, que significa para nosotros el Aikido y el poder disfrutar de su noble práctica, justo ahora que no nos está permitido realizar un contacto físico.
A mi entender, el Aikido nos ayuda a través de una práctica -que comienza siendo aparentemente física- a encontrar el camino hacia una vida más plena y saludable, gracias al entrenamiento del cuerpo, las emociones, la mente y el espíritu. Pues si no somos capaces de integrar armoniosamente estos cuatro elementos en nuestra práctica cotidiana, difícilmente podremos llegar a la excelencia en el Aikido, como mucho, podremos llegar a convertirnos en unos buenos técnicos, que entienden de lo que hacen pero que este conocimiento no les aporta una mayor transcendencia.
– Cómo nos puede ayudar el Aikido en estos momentos
En tercer lugar, me gustaría que nos recordemos mutuamente que son estos cuatro elementos; el cuerpo, las emociones, la mente y el espíritu los que conforman el Aikido. Por el momento, tan sólo nos han privado de uno de ellos, que es el cuerpo en cuanto a la posibilidad de entrenar con otros compañeros en el Dojo.
No obstante, disponemos de una gran variedad de opciones que SÍ podemos realizar:
Podemos saludar al espacio en el que nos encontramos, por pequeño o humilde que sea, pues lo que hace especial a un lugar principalmente es nuestra intención.
Podemos saludar a O Sensei agradeciéndole por el legado de su búsqueda interior a través de una práctica corporal, que ha perdurado hasta nuestros días.
Podemos sentarnos en seiza para aquietarnos, regresar al centro y visitar tu propio corazón, dedicándote una sonrisa interior a ti mismo a ti misma.
Podemos hacer nuestros ejercicios de respiración, para movilizar la energía, potenciar la salud y profundizar en la fusión con el espíritu.
Podemos movilizar y estirar el cuerpo para mantenernos despiertos y flexibles y practicar los ejercicios de desplazamientos corporales para sentirnos vitales, flexibles y fuertes.
Podemos seguir entrenando el centro de forma sencilla, al caminar desplazando el hara con conciencia.
En resumidas cuentas, amiga amigo te animo a que sigas practicando el noble arte de la paz en la medida de tus posibilidades y sobre todo, te animo a tener presente que el Aikido no es solo una práctica física, sino principalmente, una búsqueda interior que contiene el desarrollo de las emociones, de la mente y el espíritu y estos elementos que nos constituyen siguen estando presentes en nuestra vida cotidiana.
Estés donde estés, si estás confinado en casa o si tienes que trabajar, esas son buenas oportunidades para poner en práctica las habilidades y capacidades que hemos ido cultivando con el Aikido.
Hemos aprendido que las técnicas se fundamentan en una serie de principios que podemos trasladar del tatami a la vida cotidiana. Podemos tomar la actitud del irimi y encontrar el camino mas recto para entrar en el núcleo de la situación que estamos viviendo, o podemos dejar pasar con armonía esa fuerza que parece venir a destrozarnos, y acoplarnos por el camino a su dinámica, para tratar de redirigirla hacia otras posibilidades; y por supuesto, también podemos trabajar con ambas fuerzas a la vez, empezando por ejemplo, con dejar pasar la fuerza sin enfrentarnos a ella para después encontrar el punto de unión que nos permita descubrir las mejores opciones.
– Para concluir
Apreciados compañeros de Aikido, en estos momentos de incertidumbre es cuando necesitamos sacar lo mejor de nosotros, y estoy convencido, de que la noble práctica del Aikido, habrá dejado en nuestro interior alguna hermosa semilla, que nos ayudará a permanecer centrados en medio de la dificultad y dispuestos a colaborar para construir entre todos un mundo mejor.
Ojalá que pronto podamos compartir tatami, entrenar juntos, sudar, coger y ser cogido y al final de la clase con agradecimiento y una sonrisa que brota del alma saludarnos mutuamente.
Javier de María
Aquí te dejo tres frases de Morihei Ueshiba que me parecen de especial interés en estos momentos.
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“No encares este mundo con temor y rechazo. Afronta con valor todo lo que los dioses te ofrecen”
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“En el Arte de la Paz no hay contiendas. El verdadero guerrero es invencible porque no lucha con nadie. Vencer significa derrotar la idea de disputa que albergamos en nuestra mente”
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“Tu corazón está lleno de fértiles semillas, esperando Tal como la flor de loto se levanta del lodo y florece espléndidamente, la interacción del aliento cósmico causa que la flor del espíritu florezca y germine sus frutos en este mundo”
Si quieres puedes ver este mensaje en el siguiente video